A mi amiga Gemma Márquez, cerca del río
Foto: Archivo personal del autor |
"¿Sabes?, cerca de casa pasaba
un río y los fines de semana nos juntábamos unos cuantos para tejer y destejer
montañas de travesuras en el río, ahí mismito al lado del puente, a un tiro de
piedra de la casa del maestro Danilo, el de Historia, el que ves detrás. Mamá
decía que cualquier día se levantaba con el moño torcido y me mandaba con papá.
Yo quería que me mandara con él, porque con papá sería más libre de hacer lo
que me diera la gana. Y así podía estar todo el tiempo con mis primos... En la
playa del Tiburón, por allá por Caval, y de vez en cuando tratando de
llegar al Cayito a nado, el miedo era que por el camino nos sorprendiera un
tiburón y no llegáramos, y no lo contáramos de vuelta."
"¿Y el otro?"
"¿Los viste cuando fuiste?"
"A Canito sí, a los otros no
porque se habían mudado y ahora viven en la provincia."
Mi amigo Ubo quiere volver, pero no está seguro que de irse no le puedan complicar allí la vida. Los militares. Que los militares tienen demasiado poder allí, dice. Lleva mucho tiempo fuera y ahora es el extranjero, el enemigo que se ha contaminado de las ideas y las materialidades del capitalismo, para mi amigo excesivas materialidades.
Mi amigo Ubo quiere volver, pero no está seguro que de irse no le puedan complicar allí la vida. Los militares. Que los militares tienen demasiado poder allí, dice. Lleva mucho tiempo fuera y ahora es el extranjero, el enemigo que se ha contaminado de las ideas y las materialidades del capitalismo, para mi amigo excesivas materialidades.
"¿Ves a la gente? No toda la
gente, claro, pero una gran mayoría. Algo dicen en sus expresiones y en su modo
de mirar que están tristes. Y al mismo tiempo te dicen que no saben qué hacer,
se les oye el grito, pero ellos no pueden escucharse a sí mismos porque los
muchos ruidos de fuera y de dentro no les dejan escucharse, pero se sienten
perdidos y lo saben, aunque no sepan bien bien de dónde les viene esa pérdida.
Yo creo que les falta tener un río cerca, eso ayuda."
"¿Te volverías?"
"Creo que sí."
"¿Para siempre?"
"Creo que sí."
"..."
"Un río cerca es importante. Las
ideas fluyen de otro modo, no se vuelven pantanos, no se convierten esos
pantanos en tus enemigos. Un río ayuda a sosegarte, parece que no pero sí."
"¿Estás decepcionado de lo que
te encontraste en Europa?"
"No, esa no es la palabra, por
lo menos no para mí. Creo que me siento traicionado, y tampoco sé bien si es
esa la palabra."
"…"
"Cuadricular, uniformar, homogeneizar; he ahí la cuestión. ¿Y los más? Carne de cañón, presas fáciles para los que pueden (por su dinero y por sus influencias) suprimir o añadir, elevar o hacer descender, premiar o castigar. Ahí queda. Y yo que creí que en Europa... la cultura, las aperturas mentales y todo eso. Mentira. Todo mentira. "
"…"
"Cuadricular, uniformar, homogeneizar; he ahí la cuestión. ¿Y los más? Carne de cañón, presas fáciles para los que pueden (por su dinero y por sus influencias) suprimir o añadir, elevar o hacer descender, premiar o castigar. Ahí queda. Y yo que creí que en Europa... la cultura, las aperturas mentales y todo eso. Mentira. Todo mentira.
"…"
"Tengo ganas de volver y quedarme un
tiempo largo por allá."
Mi amigo Ubo vino a Barcelona hace
muchos años. Y le encantan los libros, sobre todo la novela del XlX, aquellas
historias que competían con la realidad y la superaban, y volvían esa realidad
menos miserable; son sus palabras. Le dije que no se impacientara, que al
final todos los ríos llegan, de un color o de otro, de una corriente o de
otra, pero un día llegan. Y se sonríe, como en la foto, como diciéndome
"Bueno, me sentaré a esperar".
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